27 de enero de 1818:
En la actualidad, y desde hace 26 años, se conmemora el día de Cabudare, el 27 de enero; lo que equivale a 205 años de existencia de esta ciudad. Ello obedece a las investigaciones que realizó el Cronista del Municipio Palavecino, Prof. Taylor Rodríguez, fallecido en el 2017, sobre los orígenes de Cabudare, que le permitieron determinar que esta población transcurrió por tres poblamientos.
El primero, efectuado por los indígenas que habitaron estas tierras antes de la llegada de los colonizadores españoles. El segundo, como consecuencia de la fundación hispana de Nueva Segovia de Barquisimeto, en su primer asentamiento en Buría, en 1552, donde la entrega de encomiendas y el reparto de tierras entre sus fundadores, dio origen al establecimiento de hatos y haciendas, en espacios palavecinenses.
Y el tercero, está vinculado a la visita pastoral que realizó el Obispo catalán Mariano Martí, entre 1771 y 1784, a los territorios que pertenecían a la Diócesis de Caracas para conocer los avances de la Iglesia católica en la catequización de los indígenas, el estado de las iglesias, número de sacerdotes y feligreses.
En 1779, llegó a tierras de los actuales municipios Simón Planas y Palavecino: visitó las Iglesias de Santa Inés del Altar, la de San Nicolás de Barí de Sarare y la de Buría, y el 19 de febrero de ese año, estuvo en el Oratorio o Capilla de las Cobrobas en el hato o hacienda de Don Miguel de Torres; y al día siguiente, conoció el Oratorio o Capilla en el sitio de Bureche en la hacienda de los Alvarado, y luego llegó al Cerrito de Santa Rosa.
Allí, hizo referencia al sitio de Cabudare, que de acuerdo a su versión, distaba a media legua (2 km y medio) del Cerrito de Santa Rosa y por la cantidad de habitantes que tenía, “…más de seis mil trescientas y sesenta personas…”, consideró conveniente erigir una nueva parroquia deslindada de la de Barquisimeto. Para ello, dictó un Auto o Resolución el 3 de octubre de 1785, y pidió que se nombraran comisiones para su demarcación, pero esto no se llevó a efecto por la oposición de los curas de Santa Rosa y Yaritagua, y de igual manera, no contribuyó con la organización de Cabudare como pueblo.
Pasado el tiempo, la población del sitio de Cabudare había aumentado, y la Capilla de Santa Bárbara en la hacienda de los Alvarado, que servía de espacio religioso había sido destruida por el terremoto de 1812 y los vecinos debían acudir a la Iglesia de Santa Rosa.
Por lo que, treinta y tres años después, el 31 de octubre de 1817, ante la solicitud de algunos vecinos, el Arzobispo Catalán Narciso Coll y Prat, retoma dicho mandato y ordena: “…se lleve a efecto la desmembración de la parroquia eclesiástica de Santa Rosa y se instituyese la del sitio de Cabudare y se fijase sitio para la construcción de la iglesia, una casa para el cura y otra de escuela para instrucción de niños…”
Para cumplir esta disposición, las autoridades religiosas nombraron al Padre Andrés Torrellas y las autoridades civiles coloniales, al Alférez Real Juan José de Alvarado, quienes se reunieron el día 27 de enero de 1818, en el sitio de Cabudare para determinar la extensión de la parroquia religiosa y sus límites.
En el documento que levantaron, en esa reunión, establecen que: “…En el sitio de Cabudare a los veintisiete días del mes de enero de mil ochocientos dieciocho, habiéndonos reunido el comisionado por el Vice-Patrono Regio Don Juan José de Alvarado y los venerables curas de la ciudad de Barquisimeto, el bachiller Don Sebastián Bueno y el Presbítero Don José Antonio Meleán, y el cura del pueblo de Santa Rosa Doctor Don Juan de Muxica, procedimos a reconocer el terreno que debía desmembrarse para la creación de la nueva parroquia, y no habiendo querido los venerables curas de Barquisimeto ceder parte alguna de su territorio parroquial, se hizo la demarcación por límites que antes tenía la parroquia de Santa Rosa…”
El documento señala también: “…Seguidamente procedimos a la demostración y reconocimiento del terreno en que debe fundarse la iglesia parroquial, el enunciado curato, escuela pública para la instrucción de la juventud y casa de habitación del cura, y determinamos que el terreno situado al frente de Don Miguel Bernal hacia la parte del norte, en posesión de Los Ordoñez es el más a propósito y capaz…”
Trascendental papel tuvo la participación de los vecinos Don Juan de Ponte, Don Antonio Marante, Don Antonio García Tacoronte y Don Miguel Bernal, quienes ofrecen cubrir los gastos del cura y de la iglesia por dos o tres años. Luego de doscientos años, no se ha hecho ningún reconocimiento a estos cabudareños.
Aporte del cronista
El aporte del Profesor Taylor Rodríguez, permitió determinar que con el Acta de Fijación de Límites del 27 de enero de 1818, se dio el paso crucial para el nacimiento de Cabudare como pueblo; considerándolo como el tercer y último poblamiento.
Este escrito es tomado del reporte de Yolanda Aris, Cronista Oficial del Municipio Palavecino